Dreamland

Espacio donde gracias a la todapoderosa web me da la oportunidad y posibilidad de compartir con todos aquellos que lleguen a caer en este blog por azares del destino, escritos, fotos, videos y algunas otras cosas que he realizado sólo o en conjunto con otros cuates. Espero que les guste. Saludos

Hasta que la vida nos separe...

Hasta que la vida nos separe...
Todos los días son día de muertos

24 de febrero de 2021

Possesor



El control mental es una idea que muchos teóricos de la conspiración mencionan como si esto ya fuera posible, o esta en etapas tempranas de desarrollo, con la CIA y su proyecto MK Ultra como una de las más recurrentes ideas en dichas posturas; el cine también ha teorizado y ahondado sobre este controvertido tema, “El origen” (2010) de Christopher Nola o, “Ex Machina” (2014) de Alex Garland son dos ejemplos modernos y que, cada uno a su manera, lo explora de distintas formas y con diferentes discursos, por un lado nos embarcamos en el mundo de lo onírico con Nolan, y por el otro explorando el avance tecnológico de una IA sumamente manipuladora y peligrosa. Brandon Cronnenberg, hijo del aclamado y polémico director canadiense David Cronenberg, explora el concepto del asesino desalmado a través del control mental, así como el vacío emocional que implica la decisión de quitar la vida a una persona.

“Possesor” se estrenó el 4 de octubre de 2020 en los Estados Unidos, pero no fue sino hasta los primeros días de febrero de este 2021 que se estrenó en México derivado de los retrasos que el COVID 19 trajo a la industria cinematográfica mundial; la cinta nos sitúa en un futuro en el que el control mental ya es posible, una organización secreta selecciona objetivos de personajes importantes que deben ser ejecutados, por motivos empresariales o políticos, cual sea la justificación el sujeto debe ser eliminado a toda costa; esto lo consigue  secuestrando personas cercanas al objetivo para que después, a  través de un implante que de manera muy gráfica el director nos muestra su inserción en algún lugar de la cabeza, sea manipulado por otro sujeto que lo controla mentalmente  desde una maquina lejana que sirve para enviar las señales de un cerebro a otro. El argumento de la cinta es muy bueno, tal vez el director pudo haber profundizado más en los personajes y los conflictos que trae consigo el entrar en otra mente humana y explorar los rincones de su conciencia, hace algunas pausas para mostrarnos de forma un poco escueta dicha problemática. La película es protagonizada por Andrea Riseborough, que se le conoce por su papel de “Victoria” en la película “Oblivion” (Joseph Kosinski, 2013) protagonizada por Tom Cruise, en “Possesor” da vida a  Tasya Vos, una despiadada asesina, la cual se nos presenta en la secuencia inicial del film como una mujer ávida por matar, cumpliendo su trabajo de forma eficiente, sangrienta y violenta; y es desde esta primera escena que Cronnenberg nos muestra el tono del film, cruento y asqueroso, con secuencias no aptas para estómagos delicados, haciendo una reverencia al cine hecho por su padre, sobre todo tomando como  una lejana referencia a “eXistenZ” (David Cronenberg, 1999). Tras este violento inicio, Tasya tiene que cumplir con un protocolo para saber si después de haber manipulado la mente de otra persona, tiene algún daño mental, el cual se solventa después de mostrarle una serie de objetos que tienen relación directa con un recuerdo en la vida de nuestra protagonista, quien después de sortear dicha prueba, se dirige a su hogar, donde la esperan su esposo y su pequeño hijo; durante este breve periodo se nos muestra uno de los conflictos principales del personaje, y que la lleva a ser tan sanguinaria, la perdida de sensibilidad, los estragos que ha dejado una carrera profesional plagada de sangre e irrupciones mentales ajenas, lamentablemente, y como lo mencioné anteriormente, el director no explora esta emociones tan profundas y confusas, se limita a exponer el conflicto mediante su familia y la poca importancia de esta en su vida, un recurso recurrente en buena parte del cine, el director, en aras por hacer una cinta más corta (1 hora 43 minutos es su duración), decide darle más importancia al desarrollo del segundo acto, esto no es malo en sí, pero creo que dicho personaje pudo tener mejores matices si se hubiera explorado un poco más su perturbada personalidad, ya que la cinta nos deja entrever los estragos que esta manipulación trae consigo. En el apartado técnico la cinta cumple su cometido, teniendo en la fotografía a su mejor aliada, la película esta plagada de primerísimos planos detalle de los momentos violentos del film, y vaya que son varios, Karim Hussain nos muestra los detalles más grotescos de la violencia generada por Tasya de forma contundente, la elección de planos en dichas secuencias hacen que estas sean atroces y brutales, sumado a esto, Cronenberg se apoya de una paleta que colores que tienden al rojo en escenas y secuencias clave, como esta especie de transiciones mentales donde ambas mentes se encuentran y luchan por el control. La banda sonora pasa a segundo plano, la composición visual es la protagonista de esta historia, incluso las interpretaciones de todos los actores pasa a ser un mero elemento que justifica la imagen, Andrea Riseborough cumple en mostrarnos la frialdad de Tasya, con un papel muy semejante al interpretado por Ryan Gossling en “Dirve” (Nicolas Winiding Refn, 2011); Christopher Abott, quien interpreta a Colin Tate, es quien se lleva el peso histriónico más fuerte, ya que sobre él se debaten ambas personalidades, la suya y la de Tasya, quien lo manipula para matar a un prestigiado empresario tecnológico, sin embargo, y como se nos sugiere al inicio, Tasya no puede desconectarse de la persona que la hospeda, esto lo hace matándolo, un suicidio involuntario, y hace que permanezca en el cuerpo de forma indefinida; Tate lo hace bien, pero una vez más ese hueco en el guión es el que nos impide empatizar de manera más profunda con los personajes, nos impide verlos en la magnitud necesaria para que esta sea una película redonda.

El segundo film de Cronenberg lo sitúa como un director arriesgado, siguiendo de forma religiosa los primeros pasos de su padre, quien también caracterizó la primera etapa de su carrera en apostar por un cine alejado de lo comercial, y “Possesor” de comercial no tiene nada,  desde la elección de un reparto que ha secundado papeles protagónicos más que interpretarlos, hasta la elección del equipo técnico; Brandon apuesta por un cine en el que la plástica juega un papel fundamental, una obsesión enfermiza por lo grotesco, en el que la violencia y la sed por la sangre juega un papel determinante y fulminante, un pecado en el que caen los protagonistas, un gusto culposo que crece y transforma su esencia conforme transcurre el film, un lugar escondido en lo más profundo de la psique humana , un sitio mental colmado por el vacío, la insensibilidad, el deseo mortal, donde todo se puede sacrificar,  y teniendo en el trabajo, esa enfermiza necesidad de ver sangre y saciar el hambre de quitarle la vida a alguien más.




 

2 de febrero de 2021

Érase una vez; los cuentos nuevos, para los nuevos niños



 

Muchos de los grandes estudios en Hollywood se han dedicado a actualizar, o darles un nuevo tono, a películas basados en cuentos infantiles (cuentos de hadas), llevándolos a públicos más adultos, con historias más oscuras y siniestras, o simplemente retratándolos en live action, dejando la antigua, y ahora obsoleta, animación en base a dibujos a mano; estos mundos fantásticos han pasado de ser simples historias para niños a grandes despliegues visuales en pantalla, que a más de un adulto atrapan, tómese como ejemplos las dos cintas de Tim Burton sobre “Alicia en el país de las maravillas”, protagonizadas por un repetitivo pero efectivo Johnny Depp, así como los nuevos relanzamientos de “El rey león” en 2019 y Mulán en 2020, las 4 películas apuestas importantes del gigante del entretenimiento Disney. Hoy toca el turno de revisar una nueva película que se inscribe en estos territorios, “Érase una vez” de Brenda Chapman y que recién se estrenó el 31 de Diciembre en México.

Brenda Chapman es una artista que ha estado inmiscuida en cintas para niños toda su carrera, pasando por el departamento de animación en el que trabajo para caricaturas ochenteras como “Daniel el travieso” (1986), “Los verdaderos cazafantamas” (1988), “¿Quién engañó a Roger Rabbit?” (1988) y “Pollitos en fuga” (2000). Además ha elaborado los guiones de varias películas y supervisado otros más como: “La bella y la bestia” (1991), “El jorobado de Notre Dame” (1996) y “Valiente” (2012), la cual también dirigió, así como “El príncipe de Egipto” (1998). Pues esta vez, esta prolífica mujer nos trae su más reciente cinta con la temática en la que es experta, los cuentos de hadas para el público infantil, pero esta vez grabada con actores reales, alejándose del sitio donde, tal vez, se sentía más cómoda como es la animación donde se instalan todas sus aportaciones y realizaciones. El film nos cuenta la historia de 3 niños hermanos, una niña y dos varones, los cuales tienen una relación muy especial con la imaginación desbordada como punto medular, los niños se niegan a crecer, a madurar y con esto dejar atrás todas esas emocionantes aventuras a las que su mundo imaginario les permite participar; cada niño tiene una peculiaridad que los asemeja a personajes extraídos de otros cuentos, Alice (Keira Chansa) tiene una relación con “Alicia en el país de las maravillas”, Peter (Jordan Nash) con “Peter Pan”, el otro hermano David (Reece Yates), no encontré algún rasgo que pudiera relacionarse con algún personaje, y creo que esto sirve para que el desapego funcione de una mejor forma ya que el niño sufre un accidente dentro del film, que hace que cambie el rumbo de la historia; y con esto, los hermanos que quedan se embarcan en una aventura para ayudar al padre a solventar una deuda financiera, así como saber en donde se encuentra el destino de cada uno.

La película se desarrolla muy bien durante el primer tercio de la misma, Chapman genera a través de simples pero efectivos engaños visuales, colocar una espada o un arco cuando el niño en realidad esta sosteniendo una vara de madera, pero con esta simpleza, nos muestra ese fabuloso mundo por el que pasamos alguna vez, y nos hace adentrarnos en la imaginación de los niños, sus juegos y andanzas, su negatividad a crecer; es de este último punto del que se deriva el primer conflicto menor del film, pero que encierra el sentido primordial del mismo; la abuela de los infantes, Eleanor Morrow interpretada por Anna Chancellor, orilla Rose Littleton (Angelina Jolie) la madre, a inscribir a su hijo mayor (David) en una escuela de “alta alcurnia” por lo que tendrá que dejar su casa, el padre de los niños, Jack Littleton (David Oyelowo) se niega a esto pero no puede hacer mucho ante la presencia de la abuela. Este momento supone, para el hermano menor, Peter, su partida anuncia su consecuente madurez y la perdida de la inocencia e imaginación. David no esta de acuerdo con su hermano en esto y, durante de uno de sus juegos entre ellos, cae al agua y muere. Este evento trae consigo la vuelta de tuerca del film, la familia se comienza a desmoronar, la madre se refugia en el alcohol y los recuerdos, el padre en el juego para poder salir de deudas, los niños huyen de casa para conseguir dinero y ayudar al padre; todo comienza a tomar un tono más oscuro, algunas de estas situaciones se ven reflejadas en la fotografía de Jules O´Loughlin, la cual cumple a secas su cometido, ya que ni la directora ni la fotógrafa se arriesgan al momento de elegir los planos, los cuales están bien elaborados pero dejan un sabor de boca a una película sin mayor pretensión que buscar una buena taquilla, creo que al tratarse de una historia donde unos niños huyen a una ciudad llena de vicios y personajes siniestros, la foto pudo haber jugado un papel más dramático, ya que la cinta, si bien se instala en los géneros de fantasía, drama y aventura, por momentos coquetea con el suspenso, el cual pudo quedar mejor de haber optado por una iluminación y foto más acordes a esos momentos. La historia hasta este punto parece interesante, pero es en su resolución donde tiene un fuerte tropiezo, la invitación que hace la directora durante la primera mitad a quedarse dentro del inmersivo mundo imaginario de los niños, se pierde por graves errores en el guión y dirección, las decisiones argumentales se sienten como si se le comenzaran a salir de control  y en su intento por retomar el rumbo inicial se pierde dejando el crecimiento de sus personajes de lado, los conflictos no encuentran salida, la densa nube negra de emociones que cubría la casa de la afligida familia nunca se resuelve, el pequeño de viaje de Alicia “al país de la maravillas” de nada sirve para mantener a la niña dentro de su mundo imaginario, cuando la directora en un inicio nos había demostrado lo contrario, el que Alicia quería seguir en ese fantástico lugar; Peter se marcha de casa y no se sabe su paradero, la directora deja entrever que fue el único que tuvo la posibilidad de viajar al país de nunca jamás, aunque esto a la historia no le sirve para nada.

“Erase una vez” me hizo sentir la emoción que tenía de niño al ver una película, la falta de recursos visuales espectaculares me hizo apreciarla más, sin necesidad de tanta animación la cinta te envuelve en la idea del mundo infantil y es fácil caer en esos momentos tan añorados por muchos, lamentablemente la falta de criterio, las decisiones equivocadas y un guión desatinado en su segunda mitad le da al traste a lo que parecía iba ser una interesante historia infantil cargada con una aire de oscuridad adulta. El cine en la actualidad ha estado carente de ideas originales, los remakes, nuevas versiones de películas ochenteras, pasar del dibujo animado al live action, ha hecho mella en la capacidad creativa de quienes trabajan en esa industria, algunas propuestas se arriesgan a buscar costas distintas a las ya exploradas, algunas lo hacen con éxito y otras naufragan antes de arribar, como es el caso de esta cinta que propone un tema tan interesante y melancólico como es el de la infancia, y más a sabiendas que los niños en la actualidad parecen estar más preocupados por lo que pasa en la Tablet o en el celular, que los que su propia mente les puede crear, bosques encantados, animales fantásticos, compañeros imaginarios, increíbles naves espaciales y mucho más, y que el cine, al igual que muchos niños, han perdido la capacidad de elaborar.