¿Alguna vez te has puesto a pensar en los demás?, ó ¿alguna vez has pensado en cuanta gente pasa enfrente de ti y que talvez nunca vuelvas a ver?, ¿qué es lo que hacen, lo que piensan, lo que comen, lo que sueñan?, ¿alguna vez te has preguntado si realmente vives tu vida al máximo?
Frecuentemente me cuestiono cosas que muchas veces parecen intrascendentes para los demás, pero que yo siento que tienen un alto grado de importancia en mi vida; cuando pienso que estoy pasando un buen momento atraviesa por mi mente la idea de que no conozco absolutamente nada, que a pesar de intentar saber cada día más a través de la observación o de cualquier modo, sé que al final me quedo con ese extraño sabor de boca: ¡quiero hacer más y lo quiero hacer ahora! A menudo por las noches me entran esas ganas de salir y descubrir ese basto mundo que delante de mi se presenta, lleno de misterios, lleno de vida, de amor, de tristeza, de soledad, un lugar que a muchos podría parecerles inhóspito, traicionero, voluble e impredecible, siempre enigmático; esa puerta siempre permanece abierta, siempre la veo, pero nunca me he atrevido a cruzarla, siempre pienso, mañana lo haré, pero termino regresando al principio, a una vida prefabricada como las de todos los demás (nacer, gatear, caminar, aprender, aprender, aprender, trabajar y morir); dicen que las mejores cosas de la vida son gratis y es cierto, pero seguimos aferrándonos a lo mundano, a lo material, no pensamos en dejar a nuestros hijos un enorme bosque, pensamos en amasar una cantidad importante de dinero para que ellos puedan vivir bien; “ellos”, curioso la forma en la que el hombre actúa, o en la manera en que quiere inmortalizarse, siempre a base de una actitud capitalista, son pocos los hombres que han figurado por su trascendencia cultural, la mayoría figura por su egoísmo, querer más dinero, territorios, ver retorciéndose de hambre a la gente que no tiene nada, saber que ellos trabajan para ti con un sueldo por demás miserable.
Nunca he estado tan alejado de la realidad como ahora, todos los días pienso en lograr lo mejor que pueda del día, pienso en mis proyectos, en mi trabajo, en que me voy a comprar, que música se esta escuchando, quien engaño a quien, simples trivialidades que hacen feliz a muchos, pero que a mi me hacen reflexionar, pensar, e intentar obtener respuestas, ¿por qué somos como somos?, ¿por qué no podemos ser tolerantes?, ¿por qué ese brutal deseo de hacerse notar, de alzar la mano y decir aquí estoy?, ¿por qué se siente bien entrar a un bar, viendo que hay gente esperando al otro lado de la cadena?, ¿por qué se sienten importantes cuando son simples seres humanos como los demás?, no conozco a nadie que tenga algo más, todos tenemos exactamente lo mismo, vivimos, dormimos, vamos al baño, tenemos sexo, peleas, añoranzas, sueños, frustraciones, tenemos todo pero a la vez no tenemos nada, no estaremos completos hasta aceptar que hay alguien más, que no todo gira a nuestro alrededor, el tiempo pasa de modo vertiginoso y le podemos perder la pista, hoy es un buen día para cambiar, no importa que llueva, que este soleado, eso es lo que menos importa, lo que importa es reconocer que se puede ser diferente, que se puede ser tolerante… hay alguien detrás de la cadena esperando que lo dejen entrar.