Dreamland

Espacio donde gracias a la todapoderosa web me da la oportunidad y posibilidad de compartir con todos aquellos que lleguen a caer en este blog por azares del destino, escritos, fotos, videos y algunas otras cosas que he realizado sólo o en conjunto con otros cuates. Espero que les guste. Saludos

Hasta que la vida nos separe...

Hasta que la vida nos separe...
Todos los días son día de muertos

13 de enero de 2010

El extraño doctor insólito.

Uno de los personajes populares que siempre ha llamado poderosamente mi atención es “el huesero”; físicamente no disimila mucho uno de otro, sujetos que parecen más curanderos que doctores, una especie de medicina alternativa popular, muchos de ellos forman parte del diario acontecer de los mercados mexicanos. Pantentores de la “cura del susto”, una especie de bizarro y loco ritual pagano para desprender a un infante de sus “miedos”; el procedimiento consiste en sentar al niño de espaldas al Shaman, éste, con el singular movimiento de sus dedos, localizará donde se encuentra una pequeña hendidura en la cabeza del pequeño, haciendo su conjuro mágico el brujo libera al niño del mal, y el pequeño orificio de la espalda milagrosamente desaparece. Esta especie de doctores místicos acostumbra a dar besos en las partes recién curadas, un ejemplo consiste en tener un tobillo lastimado, no importa si es fractura o un simple esguince, el curandero no notará la diferencia entre una u otra lesión; tomando el pie entre sus manos busca el punto donde se localiza el golpe, por lo general se guía por la tremenda hinchazón que padece la mayoría de los lesionados que acuden a ver a tan singular personaje; una vez localizado el “dolor”, el brujo procede a frotar con sus dedos la zona desmadrada con más fuerza cada vez, en ocasiones unta una extraña pócima de su creación, un pequeño frasco que contiene el ungüento mágico contra cualquier dolor, de esta mezcla ancestral toma una pequeña porción con sus manos, untándola con más fuerza en las zonas donde exista más dolor, como si con esto pudiera llegar más profundo; una vez que ha concluido el doloroso masaje procede besar la parte adolorida, un oloroso beso que ayuda a calmar el dolor y sanar las heridas; con esto, una vez más “el huesero” a cumplido su misión, salvar al niño del temor.

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