Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm fueron los creadores de
varios de los cuentos de hadas más famosos que se conocen en la actualidad, “La
Cenicienta”, “Blancanieves”, “La bella burmiente”o “Pulgarcito” figuran entre
su prolífica obra infantil, buena parte de sus historias ha sido adaptada al
cine, la mayoría de estas películas dedicadas a niños y niñas, con producciones
de casi todo el orbe, siendo las más famosas las realizadas por los estudios
Disney desde su fundación; sin embargo, los niños de hoy en día son más reacios
a ver este tipo de historias que pueden considerar tontas debido a la propagación de series
animadas más agrestes y bizarras, para cerrar este círculo, los papás de estas
nuevas generaciones ya no son atraídos de la misma manera por estos cuentos como lo hacían en la infancia, por esta razón, muchos estudios han decidido
utilizar esos antiguos argumentos y darles un nuevo giro, o, como en este caso,
darles una ampliación producto de la mente irracional de algún escritor
hollywodense. Este es el caso del cuento “Hansel y Gretel” de los mismo
hermanos alemanes que tanto deleitaron a
los pequeños del siglo XVIII hasta casi entrado el siglo XXI, el director Tommy
Wirkola toma el argumento principal (unos niños perdidos en el bosque
encuentran una casa construida con dulces que es habitada por una bruja) para dar seguimiento a la vida de tan
simpáticos hermanos, confiriéndoles en su adultez un aspecto desalmado y
vulgar, convirtiendo a las entrañables criaturas en cazadores de recompensas
que viajan de pueblo en pueblo, como una especie de juglares de la justicia,
buscando vaciar las arcas municipales en pos de vencer al mal que se encarna en
los bosques aledaños a las pequeñas villas que sufren el acoso de temibles
brujas que ni la mismísima inquisición puede contener.
La historia inicia en una pequeña casa habitada por una
pareja y sus dos hijos, un niño y una niña, los cuales son llevados por su papá
a un bosque y dejados ahí a su suerte, los niños, desesperados, comienzan a
caminar en medio de la penumbra hasta llegar a una hermosa casa construida por
deliciosos dulces y chocolates los cuales comienzan a comer hasta entrar y
sorprender a una bruja preparando una poción, esta al percatarse de la
intromisión de los niños los encierra, pero no cuenta con la astucia de los
pequeños que después de algunas maniobras logran librarse de su cautiverio para
enfrentar y derrotar a la malvada mujer; hasta aquí la historia se apega a la original,
pero esto en la película solo sirve para crear la secuencia inicial, seguida de
una de créditos donde, a través de pergaminos y animaciones vemos las nuevas
andanzas de la infantil pareja de hermanos, así como su crecimiento, ese
desafortunado encuentro con la bruja trajo consigo el descubrimiento de su
oficio, de donde se harían ricos: cazando brujas. Wirkola nos presenta a los
hermanos ya en una edad adulta, una Gettel interpretada por la guapa Gemma
Arterton con ceñidos pantalones de cuero, como si de una especie de cantante de
rock se tratara, y a un Hansel interpretado por Jeremmy Renner con cara de
pocos amigos y poderosas armas dispuestas a amenizar cualquier caza y que el
mismísimo Heriberto Lazcano hubiera deseado tener; la historia adulta de
estos personajes inicia con la desaparición masiva de niños de un pequeño
pueblo al que llegan los hermanos a solicitud explicita del alcalde, dada la
ineficacia del sheriff interpretado por Peter Stormare, después de un breve
discurso los hermanos se comprometen a regresar sanos y salvos a todos los
pequeños secuestrados, no sin antes cobrar sus jugosos honorarios, para lograr
su cometido, los hermanos se valen de sofisticadas armas que no sabemos de
donde surgieron, al parecer ellos mismos las ingeniaron ya que ninguna
autoridad se puede dignar en traer tremendo arsenal, ni antes ni ahora, estas
consisten en ametralladoras de alto calibre, bazookas, granadas, artefactos que
proporcionan descargas eléctricas, vallestas, entre otros artículos dispuestos a
destruir a cualquier bruja que se traviese en su camino; conforme transcurre la
trama nos vamos enterando del por qué de las extrañas abducciones de infantes,
las brujas los necesitan para realizar un sabbath en el que harán el conjuro
más poderoso de todos y que prácticamente las hará invencibles, este se llevará
a cabo en presencia de una de las brujas más poderosas de nombre Muriel,
interpretada por Framke Janssen, quien convoca a todas las brujas para formar
parte de este festejo, pero para esto debe tener 12 niños y solo tiene 11 por
lo que la batalla por el doceavo será férrea y aguerrida con los hermanos
cazadores, no sin antes conocer el lado amable de las brujas con las
denominadas brujas de magia blanca, y con esto también se nos presenta una increíble
revelación a los temerarios cazadores.
La trama de la película es un churro, un “debraye” imaginario
que Wirkola creo de la etapa adulta de los afamados niños, sin embargo, aún
cuando la película sea una mafufada, la esencia se cumple: entretener, es
obligado decir que no se va a ver una buena película, más una que haga pasar un
buen rato, en la mayoría de sus aspectos, tanto visual, como auditivo,
relegando un poco el narrativo pero esto debido al carácter del film; la parte
visual esta bien lograda, los efectos son muy buenos, las caracterizaciones de
las brujas resultan aterradoras, su aspecto es atemorizante y la conjunción de
podredumbre y suciedad en su entorno ayuda a reforzar esta idea, tal vez las
secuaces de Muriel pudieron quedar mejor pero tal vez esto podría restar fuerza a
la bruja mayor; la película se vale de lo que hoy parece estar en el diario de
la industria fílmica del vecino país del norte, los efectos especiales y la
intromisión de la computadora para manipular, embellecer o alterar a personajes
y entornos, si bien el uso de estos instrumentos es constante, no se sienten tan
intromisivos como en otros films, su función sirve más para realzar los poderes
de las malvadas así como para crear a su gigantesco ayudante, un troll computarizado de nombre Edward, posiblemente
este personaje es el que se siente más lejano a la historia, pero sobre todo,
es el que siente más implantado, aún no llega el día en que los gigantescos y
costosos ordenadores hollywodenses puedan crear un personaje computarizado que
pueda gesticular sin que este se sienta acartonado, pero bueno, tal vez el
carácter fantástico de este sirva para que sus movimientos no sean lo naturales
que debieran ser; por su parte la música cumple con su cometido, participa
tímidamente en el desarrollo del film sin protagonizar en ningún momento alguna
secuencia, salvo la inicial de créditos donde vemos como Hansel y
Gretel se convirtieron en los brutales verdugos de las brujas; el lado actoral
también sale bien librado tomando en cuenta que es una obra menor en cuanto a
pretensiones dramáticas, se me hizo curioso ver a Renner en este tipo de papel
después de haber interpretado de forma excelsa al osado militar norteamericano
gustoso y deseoso de desactivar bombas en la película “The hurt locker” de
Kathryn Bigelow (2008) siendo nominado al Oscar como mejor actor y ganando por
mejor dirección y película, también actuó bajo la dirección de Ben Affleck en
“The town” (2010), y últimamente ha
andado dando tumbos entre grandes producciones como “Thor” (2011), “The
avengers” (2012), “Misión imposible” (2011) y “El legado Bourne” (2012), por lo que se antojaría verlo en algo
con menos presupuesto; el resto del reparto sigue la misma trayectoria
presupuestal, Arterton participó en “Furia de titanes” (2010) y “El príncipe de
Persia” (2010), Framke Janssen dio vida a Jean Grey en la saga de “X-men” a
inicios del año 2000.
Tommy Wirkola se arriesga a continuar una historia ya muchas
veces contada y llevada al cine para el público infantil, sin embargo, su
apuesta va dirigida a un público más adulto, una audiencia que oscile entre los
20 y 30 años, más gustosos de la nueva plástica terrorífica de estos tiempos,
plagada de efectos generados por computadora, deseosos de ver borbotones de
sangre corriendo y chorreando por todos lados, enamorados y seducidos por las
dulces miradas y los ceñidos trajes de cuero de sus protagonistas, embelesadas por los desafiantes héroes norteamericanos, un público que no exige mucho de la
historia sino de la estética con que esta grabada, espectadores que defienden
el 3D a capa y espada, aún cuando su aplicación no tenga ninguna consideración
narrativa sino plástica, jóvenes adultos que hubieran deseado tener cuentos
infantiles plagados de sangre y sensualidad, cuentos que los Grimm no hubieran
podido inventar, pero que se valen de sus historias por su carencia de creatividad.